Todo lo que vivimos en este presente es una continuación del pasado, que ha sido generado en algún momento, lo hemos creado ya sea conscientemente o inconscientemente y para los que creen en la reencarnación, se sabe que es una la consecuencia de no sólo esta vida, sino también de otras vidas pasadas.
Cuando por ejemplo decimos que algo nos sucedió por “casualidad” , sólo estamos refiriéndonos a una ley que desconocemos, pero en realidad se trata de un acontecimiento que nos tocaba vivir por algo que habíamos generado en otro momento de alguna manera.
En general uno piensa que todo lo bueno que le sucede es porque uno se lo merece o lo ha generado, pero nos cuesta asumir que lo malo que nos sucede, nos suceda por la misma ley de “causa y efecto, o acción _ reacción”.
Se nos hace difícil creer, entender por qué y cuándo generamos lo negativo. Genéticamente recibimos la influencia de nuestros padres, de nuestros cuatro abuelos y nuestros ocho bisabuelos, y así la cadena continua infinitamente. También recibimos la influencia de nuestro entorno, la sociedad en la que crecemos, las creencias que practicamos, las instituciones de enseñanza a las que asistimos, los lugares de trabajo, el club o los lugares en las que nos encontramos con amigos, los mismos amigos que nos rodean y demás.
Estos son sólo algunos ejemplos para indicar que existen muchos planos de causación, y nosotros somos la suma de estos planos. Llamamos planos de causación a las personas, los lugares, y eventos de nuestra vida que nos han enseñado un patrón mental o creencia que uno mismo toma como verdadero que uno para implementa en su vida.
En el proceso de selección de pensamientos debemos ser responsables nosotros mismos e intentar no hacer o pensar lo que no nos gustaría que nos hagan o piensen los demás de nosotros, es intentar limpiar la mente de pensamientos innecesarios e intentar evitar ponernos en todo momento en el lugar de víctima.
Es para la mayoría más fácil culpar a los demás o a algo por la infelicidad que viven, siempre es más fácil eximirse de la propia responsabilidad. Para empezar con una vida más sana y para llegar a la armonía es mejor ir por el camino de no culpar a los demás e intentar darnos cuenta de que no en todos los casos, pero en gran parte de los casos, de las situaciones de vida de cada uno, es uno mismo el que está creando dicha infelicidad y, por lo tanto se deja de lado la posibilidad de asumirnos como personas independientes, responsables de sí mismas, e incapacitados de cambiar, conocernos y crecer espiritualmente.
Cuando uno vive en positivo e intenta asumir sus errores, los demás nos “respetan” porque nosotros respetamos; el “respeto” uno lo genera (causa), y en su recompensa genera un “efecto” en los demás mutuo y natural, algo muy distinto de los muchos, que creen que respetar es el temor del otro; Esto está bajo el efecto que se genera mediante la violencia y engendra el miedo en él otro, no el respeto. Intentemos asumirnos y cambiar lo que creemos que está mal en nuestra vida, generemos amor, y recojamos amor.
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